La resistencia al cambio, está seducida por la influencia social
ya que las personas que se encuentran en nuestro entorno tienen los mismos hábitos,
por esa razón cuando uno hace o quiere intentar un cambio se ve distinto o raro
a los demás, el miedo al rechazo es el factor equivalente a una resistencia. Incluso cuando quieres tomar alguna decisión aledaña.
La influencia social se basa en los cambios de conducta o pensamientos que
uno puede tener por la comunicación con otros grupos. Este cambio puede
ser para el bien de uno mismo, o para el fracaso propio de cierta persona. Al tener aquellas influencias, los individuos se sumergen en ideales dependientes de lo que digan los demás, y no se dan cuenta de lo que pueden hacer, las metas se vuelven inconclusas.
Para no tener una resistencia al cambio debemos ser persuasivos, no dejarse influir por terceros, formular tu propio ideal, salir de tu zona de confort, tomar las mejores decisiones, tener una actitud positiva ante acontecimientos irrelevantes que frustren algún deseo a futuro.
Usamos el término de mil maneras de resistencia al cambio, debido que hay muchas, entre las principales tenemos:
-El miedo al fracaso, por dilemas sufridos a lo largo de la vida.
-Ambiente de desconfianza, entorno poco confiable.
-Presión de colegas, en circunstancias de competencia.
-Alteración de las tradiciones culturales.
-Dependencia, otras personas toman decisiones por ellos.
-Por la propia personalidad.
Tales resistencias pueden ser individuales o grupales, pero depende de cada persona para asumirlas de la mejor manera. Durante el proceso de nuestras vidas, desde la primera infancia hasta ser adultos, tendremos diversas situaciones similares. El punto es buscar las posibles soluciones que nos conlleven a mejores decisiones, de las podemos tener el beneficio propio de una verdadera osadía para mañana más tarde, y tener un digno porvenir con las personas de nuestro entorno, ya sea social o familiar.
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